A las puertas de Bayona, entre las Landas y el País Vasco, Tarnos es la estación más meridional de las Landas, situada en la desembocadura del río Adour. Desde las dunas costeras hasta las Barthes du Seignanx, Tarnos cuenta con un patrimonio natural y paisajístico único, así como con los vestigios de un pasado industrial especialmente rico. ¿Qué ver y hacer en Tarnos? Sigue la guía
Las playas de Tarnos
Enclavada en la desembocadura del río Adour, Tarnos alberga cinco kilómetros de playa protegida por las dunas costeras de Aquitania. Considerada una de las
playas más bonitas del sur de las Landas
La playa del Métro es la más famosa, poco frecuentada y muy salvaje, con vistas a los montes vascos a lo lejos. Desde la playa, el paseo de dunas conduce a un observatorio con vistas a la cordillera pirenaica.
La playa de La Digue (Plage Nord) también merece una visita. Construida en los años sesenta para proteger del oleaje la entrada del puerto de Bayona, la Grande Digue de Tarnos ofrece una vista única de las costas landesas y vascas. Un paseo por el kilométrico espigón que bordea la playa es imprescindible en Tarnos.
Parque, lago y castillo de Castillon
Auténtico pulmón verde para la ciudad, el Parque de Castillon ofrece a los paseantes un lugar de paseo muy agradable y bucólico en el corazón de una finca de 22 hectáreas, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII. Hay un lago de pesca donde retozan decenas de patos, un gran parque arbolado para hacer picnic y las fantasmagóricas ruinas de un antiguo castillo.
Rutas ciclistas y carriles bici alrededor de Tarnos
En Tarnos, el carril bici de La Vélodyssée sigue el litoral y atraviesa algunas de las estaciones balnearias más famosas de la costa vasco-landesa, alternando pasajes urbanos y pistas forestales. Un corto paseo en bicicleta de unos 8 km permite a las familias y a los ciclistas principiantes llegar a Ondres a través del bosque de Métro. En el descenso hacia la costa vasca, el carril bici le llevará también a Bayona (10 km) o Anglet (20 km).
Para los ciclistas más experimentados, hay un gran bucle de 45 km que les lleva hasta
Hossegor
pasando por Ondres, Labenne y
Capbreton
. Dedique media jornada, o incluso un día, si se toma su tiempo para hacer un poco de turismo.
El Adour Barthes
Aproveche al máximo su estancia camping en Tarnos para descubrir las praderas pantanosas del Adour en un paseo por la vía verde de Barthes, en dirección a Saint-Laurent-de-Gosse. Las Barthes de l’Adour, sitio Natura 2000, son tierras aluviales y pantanosas ganadas al mar a finales del siglo XVII por ingenieros holandeses. Hoy en día, este paraje natural, único en Francia, es un valioso patrimonio ecológico, sobre todo por su notable flora y fauna y su patrimonio arquitectónico típico.
La Cité des Forges, una ciudad dentro de otra ciudad
A finales del siglo XIX, el estuario del Adour albergaba un vasto complejo siderúrgico que dio lugar a la creación de un pueblo obrero en Tarnos: la cité des Forges. Declarada Zona de Protección del Patrimonio Arquitectónico, Urbano y Paisajístico (ZPPAUP) en 2006, la iglesia de Notre Dame des Forges, la escuela, los bloques de los capataces y los «barracones» (viviendas de los obreros) siguen siendo testigos de este pasado industrial poco común en las Landas.
Sendero del Macizo de las Fraguas del Adour
Más del 20% de Tarnos está cubierto de bosques. A partir del «Chemin des Allemands», un sendero de interpretación de 2 kilómetros ofrece a los caminantes una forma divertida y educativa de descubrir la duna y el bosque costero. En cada una de las trece estaciones del recorrido, podrá aprender un poco más sobre la formación del cordón dunar, la evolución del paisaje y la flora y fauna.
foto@Gilles Guillamot, CC BY-SA 3.0, wikimedia